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‘Desmadre’ en el concierto de Myke Towers: no logró contener a sus fans sentados en su actuación en el BEC

‘Desmadre’ en el concierto de Myke Towers: no logró contener a sus fans sentados en su actuación en el BEC

El concierto de ayer en el BEC del músico Myke Towers fue de todo menos tranquilo. Los fans del artista vibraron hasta tal punto que organizaron un pequeño ‘desmadre’ al final del recital. Emocionados y extasiados, se acercaron al escenario para cantar y bailar al ritmo de las canciones, sin respetar las medidas de seguridad para contener la pandemia. Los seguidores no solo desobedecieron la orden de mantenerse sentados en sus asientos, sino que también rompieron la barrera humana de los encargados de la seguridad del evento.

Myke Towers apeló con responsabilidad a permanecer en sus asientos, aunque no fue suficiente. El vídeo ha salido a la luz en la cuenta oficial del artista puertorriqueño Maiky Backstage. A la publicación ha respondido el propio Towers, quien ha comentado que «ama a sus fans», y ha añadido que «las dos chicas de enfrente pelearon con los guardias por él».

El de Bilbao era una de esas citas esenciales para los amantes del pop latino puesto que Myke Towers es el nuevo astro de este estilo al punto de tener como anfitriones al presidente de Barça Laporta y al futbolista Ansu Fati en su visita al Nou Camp, previa a su concierto en el Estadi Olimpic de Montjuic donde arrancó su primera y ambiciosa gira solista por grandes auditorios de Estados Unidos, México Colombia, España y Europa.

No es la primera vez que ocurre algo del estilo en Bizkaia. El curso pasado la artista vascofrancesa Anne Etchegoyen tuvo que pedir perdón en su cuenta de Facebook tras animar al público de su concierto en la biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao a quitarse las mascarillas.

‘El Young King’

‘Myke Towers El Young King: The Tour’ le ha llamado en referencia a su vibra original como trapero barrial con el grupo boricua Young Kingz y la entrada en primera división del ramo que se ha forjado encadenando dos años de éxitos archireproducidos en plataformas de streaming.

La segunda fecha del tour que ayer recaló en Barakaldo sirvió para evidenciar lo que ya se sabía, que el género urbano latino es el nuevo pop juvenil atado al móvil, la playlist y el algoritmos, algo que ya certificó hace dos años Anuel AA llenando el BEC o la deriva de festivales como el BBK Live cuyo último cartel iba a liderar el también boricua Bad Bunny.

Cerca 4000 almas -en su mayoría público joven que conservó sus mascarillas- convocó en el BEC el reclamo de Myke Towers. Lo que no es baladí en la coyuntura pandémica actual con entradas de 42 a 66 euros. Y no es por mojigatería, pero tuvo su miga escuchar a féminas adolescentes y menores acompañadas corear letras tan lúbricas y poco sutiles como las de ‘Explícito’: «quiere que me ponga físico, que la de con el látigo». ‘La Nota’: «sabes que está bien dura todo el mundo lo asegura». O ‘La jeepeta’: «al lao mío tengo una rubia de grandes la tetas quiere que yo se lo meta».

Amenizando la espera ofrecieron un breve set algunos de los principales representantes de la emergente escena bilbaína de sonido drill , respuesta más underground, chandalista, minimal, autotunero y marquista. Abrió el joven ‘chamaquito’ de Sarriko Weezy y le dieron réplica al micro el tándem mcs barakaldeses formado por Nickzzy &Thepoing (20.30 h) que se marcaron hits de la movida ‘spanish drill’ (Wesh Alo, No toy en gente) viralizados en audio y sobre todo en vídeo por streamers como Ibai Llanos o deportistas de élite como Kerman Lejarraga o Iñaki Williams, al que invitaron del ‘backstage’ a la platea, antes de despedirse con su archirreproducido y visionado ‘San Mamés’.

Tras una efímera sesión reggaetonera de Dj Ponce que caldeó la cosa, compareció con pose rapera -gorra y cadenón ochentero incluido- el astro boricua Michael Anthony Torres (Río Piedras 94) respaldado por una ‘banda’ básica formada por las secuencias y efectos y coros pregrabados de un teclista, las bases de un dj y un percusionista que no amortiguaron la sensación de sonido enlatado.

Cañonazos de humo

Towers creció como Mike -con i latina- en pendencieros barrios de área metropolitana de San Juan admirando americano de Jay Z, samplea a 50 Cent y cita en sus rimas a Nas o estrellas a las que ‘dieron en carro’ como Biggie o 2 Pac, pero en directo posterga ese influjo bajo que empezó con Young Kingz. Sabe lo que su gente quiere y se enfoca hacia ese popular reggaeton que sigue saqueando sin pudor el dancehall jamaicano de finales de los ochenta, que adaptaron a la mentalidad y genética latina pioneros panameños y boricuas del entonces llamado ‘reggae en español’ como Nando Boom, El General o Vico C. Towers no es un prodigio de la lírica pero tiene fama de ser un bala al escribir sus barras -letras-rimas- y, a lo mejor por eso, abunda en ripios consonantes tipo Bikini-Lamborghini o Furiosa- espumosa-jugosa-peligrosa-talentosa que combina con apócopes, modismos latinos, expresiones en spanglish y estribillos quedones que sus fans corean dándolo todo.

‘Las canciones se pegan solas’ llega a cantar el propio Myke en ‘Mírenme Ahora’. Su efectista arranque de banda sonora nipona tarantiniana. Dio arranque entre fogonazos y cañonazos de humo a su sesión, ilustrando su ascenso desde su origen barrial hasta tener dinero rápido y ‘versace en las sábanas’.

Con visuales de fondo pero sin pantallas, el directo que Towers propone en su primera gira en solitario se asemejó por momentos a una mixtape o una de esas playlists que sus fans se sabe al dedillo. Primando su sucesión de sencillos de éxito sobre los rescates de su último largo ‘Like Mike’, apeló con responsabilidad a permanecer en sus asientos y jaleó a las mujeres hermosas para las que pidió respeto, quizás para compensar algunas de las rimas lúbricas y machistas por momentos que les iba a dedicar.

Para ellas fueron temas como su bombazo con compatriota Farruko Si se da, ‘Girl’ con muestreo de 21 Questions de 50 Cent, ‘Mi Niña’ o ese celebrado ‘Explícito’ en el al Towers romántico le piden que se ponga físico y ‘le dé con el látigo’. Dándole al reggaeton estricto ‘Relación Rota 0’ alzó por primera vez al personal encadenada con ‘Fiel’, ‘Piensan’ y la ‘gasolina premium’ de ‘Travesura’ -con coros de Ozuna y Nio Garcia sonando enlatados- lo mismo que paso con el también boricua Anuel AA ‘La jeepeta’ o con Raw Alejandro en ‘La Nota’ y su memorable rima ‘sabes que está bien dura cuando mueves la cintura’

A las mujeres con pareja y a los hombres que se enamoran de «chicas que no son suyas» dedico Myke otro hit de verano como ‘La pareja de año’ -sin Sebastián Yatra- que volvió a despegar culos de las sillas, pese a las constantes peticiones de quizás aleccionado al respeto, Towers. Tampoco se escuchó a Maluma el ‘Madrid’ que elevó las voces de las féminas con ‘Ese culito me extraña’.

Un rescate de su primer álbum macizo ‘Easy Money’ (Ronca) abonó el terreno para un tramo central pero recibido y orientado al rap secuenciando con el materialista ¿Dollar? -con Becky G de nuevo enlatada- y el fashionista y ‘poser’ Burberry.

Y a partir de ahí la cosa solo fue para arriba -pese a las peticiones de un concienciado Myke- con el todavía más celebrado y chillado (Yo te lo hice a tí en) ‘La Playa’ , ‘Diosa’ el ‘himno favorito que hizo estar adentro’, ‘La Curiosidad’ y , con y el meloso ‘Bandido’, que recicla primer reggae panameño.

Tras una hora pelada de set Myke se esfumó para conceder un bis con un Bizkaia Arena ya ‘Free Covid’ y la gente de pista pegada al escenario para celebrar el Caramelo -sin Becky G y Ozuna- pero con recuerdo de El General muy presente la recreación del clásico salsero de Tommy Olivencia ‘Periquito Pin Pin’ -que fue lo mejor de la noche pese a que la base grabada sepultó los metales- el adelanto de su próximo álbum ‘Almas gemelas’, que evidenció lo mucho que Myke desafina cuando amaga que canta en los estribillos, ‘La Curiosidad’ -con Myke pidieron infructuosamente que se sienten. Coño le faltó- ‘La Cama’o la súbita el ‘Estamos arriba’ que grabara con Bad Bunny en recuerdo a sus orígenes como rapero barrial que puso un frío broche tras el que Myke hizo mutis en negro. Nadie se quejó ni protestó por los apenas 70 minutos a precio de oro. Quizás porque la mayoría no habían rascado su bolsillo sino el paterno-materno. Algo que volverán a hacer cuando por estos pagos vuelva para llenar otro astro del sonido urbano latino. Algo que pasará sí o sí.